Fuentes diplomáticas europeas aseguran que la policía, en un intento de preservar lo que le queda de reputación a la isla, certifica todas las muertes como naturales y obliga a las familias a pagar la autopsia si quieren comprobar su veracidad. Las autoridades no dan cifras oficiales, pero las embajadas han registrado decenas de muertes de ciudadanos de sus países en los últimos años.