Pese a ello, el club se postuló como uno de los grandes equipos a tener en cuenta en adelante, ya que no en vano eliminó a tres de los siete campeones que hasta entonces tenía la competición y estuvo cerca de convertirse en el primer club no perteneciente a las federaciones centro, norte o catalana en vencer y asentarse como mejor equipo andaluz en la época. El Betis Balompié -que perdió su apelativo «Real» durante la Segunda República- fue el primer club andaluz en ascender a la Primera División.