El juego consiste en introducir con un bote en la mesa la pelota en los vasos del equipo opuesto de manera que el vaso en que caiga la pelota lo deberá beber el equipo opuesto. Sin embargo, no conviene subestimar al conjunto teuntón, pues como bien es sabido, el fútbol es un juego de once contra once en el que siempre terminan ganando los alemanes. Fue un gran sueño y la verdad que se portaron mejor imposible.