Aunque el equipo mejoró posteriormente con la Dirección de Enrique «Impala» Rivas, el eterno paño de lágrimas del equipo, no pudo evitar el jugar la liguilla por el no descenso. Después de la victoria por 5-0, Suecia se convirtió en un equipo temido en el torneo y muchos se sorprendieron por el juego ofensivo de Suecia, ya que se sabía que jugaban principalmente una forma defensiva de fútbol. Pero después de una deslumbrante victoria por 5-0 contra Bulgaria el 14 de junio, se convirtió en uno de los favoritos.