Se trata de una equipación muy diferente al que se ha vestido en las últimas temporadas, lo que supone un valor muy a tener en cuenta para los aficionados. El 27 de noviembre las calles de Canillejas volverán a vestirse de gala para confirmar que esta carrera de barrio ha conseguido a lo largo de sus cuarenta y dos ediciones convertirse en una de las más importantes para cualquier corredor que se precie y cita ineludible para los románticos del atletismo.